viernes, 15 de octubre de 2010
CUATRO
Encuentro mágico con los Sabios de Sivana
Tras andar durante horas por intrincados caminos y sendas herbosas, los dos viajeros llegaron a un verde y exuberante valle.
El sabio miró a Julián y sonrió.
–Bienvenido al nirvana de Sivana.
Julián oyó voces en la distancia, voces suaves y agradables al oído. Se limitó a seguir al sabio sin decir nada. Tras quince minutos de caminata llegaron a un claro. Lo que vio entonces fue algo que ni siquiera el mundano y difícilmente impresionable Julián Mantle podía haber imaginado: una aldea hecha exclusivamente de lo que parecían rosas.
En cuanto a los monjes que vivían en la aldea, Julián vio que se parecían a su compañero de viaje, quien ahora le dijo que se llamaba yogui Raman. Explicó que era el más viejo de los Sabios de Sivana y el líder del grupo.
En definitiva, las caras de los Sabios de Sivana revelaban el poder de su forma de vida. Aunque eran sin duda adultos y maduros, irradiaban un aura como infantil, el centelleo de sus ojos traslucía una lozana vitalidad. Ninguno tenía arrugas ni canas. Ninguno parecía viejo.
Y así empezó la vida de Julián entre los Sabios de Sivana, una vida de sencillez, serenidad y armonía. Lo mejor estaba aún por venir.
conclusion: julian llego a una aldea serena y muy plascentera donde todos vivian felices y el tie,po no parece transcurrir pues nadie tiene arrugas ni canas, parece que julian vivira muy plenamente en esa aldea.
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